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La idea es establecer un diálogo intercultural sobre el Colonialismo, por medio de piezas artísticas que cuestionan los procesos históricos y migratorios que ha sufrido el mundo árabe, incluyendo la islamofobia que estereotipa a la cultura árabe y su población como violenta.
 El arma fue donada al Museo Nacional de las Culturas del mundo en el año de 1990, ahora se expondrá con el objetivo de manifestar la historia del colonialismo europeo, entendido primero como los movimientos de conquista europea en África y América Latina y, segundo, porque habla de “la concepción de los europeos sobre los pueblos colonizados y de las acciones atroces que son inherentes a toda empresa colonial” (Nicolás Viapiana, 2014).

A partir del colonialismo, la exposición cuestiona si las migraciones y la islamofobia han sido producto de esta dominación política, económica y cultural, la cual perdura hasta nuestros días.
Bajo la curaduría de Alejandra Gómez Colorado, investigadora del MNCM, se exhiben la ametralladora que da título a la exposición, junto con dos piezas audiovisuales: La Marsellesa y 48°52’15.15’’N / 2°19’01.80’’ E 33°08’22.60’’N / 11°27’40.17’’E, propuestas por Pierre Valls.
Este conjunto busca profundizar en las relaciones que históricamente se han dado entre Europa y el mundo árabe, reflexionando alrededor de las tensiones provocadas por los estereotipos culturales y “si somos capaces de construir identidades complejas, en donde se pueda ser francés y árabe, musulmán y europeo”, explicó la investigadora.

El video La Marsellesa consiste en recitar las dos primeras estrofas del himno nacional de Francia en árabe. “Qué dice realmente la Marsellesa, son frases bélicas muy potentes… en lugar de cantarla la recito en modo fúnebre para reivindicar otras formas de pensar”, afirmó Pierre Valls, quien se propone cuestionar la identidad, la nación y el significado de ser francés hablando árabe.
Mientras que el video 48°52’15.15’’N / 2°19’01.80’’ E 33°08’22.60’’N / 11°27’40.17’’E, producido en 2012, evidencia el rastro de un antiguo campo de refugiados en Choucha, Túnez, el cual fue instalado debido a los conflicto bélicos en Libia.
Esta pieza documenta la reapropiación del espacio mediante un dibujo del Elíseo francés,

“hacer una línea, quitarla y obtener derechos por ello, marcar una frontera dentro de la misma existente (entre Libia y Túnez), es una analogía del poder colonizador, la inmigración y el territorio”

,comentó el autor.