La función social de la comida, vista como espacio de posicionamiento, encuentro e interacción político, es el tema de la muestra Pierre Valls: el banquete, que se presentará del 3 de agosto al 15 de septiembre en el Laboratorio Arte Alameda.
Creada ex profeso para el recinto por el citado artista de origen francés es una propuesta que transforma el lugar en un sitio de reflexión social, un salón de banquetes, una cocina y una panadería.
Se trata de una serie de instalaciones utilizables que son activadas para comer, preparar los alimentos u hornear pan, los cuales serán distribuidos por intervalos al público y visitantes.
Sobresale una escultura de gran formato que sintetiza una de las obras de vanguardia más importantes de la centuria pasada: el Monumento a la III Internacional, ideada por el ruso Vladimir Tatlin y de la cual Pierre Valls retoma sus principios formales y conceptuales y la transforma en un horno.
Comer como acto político
Con estudios en alta cocina y en arte en su país natal, el artista europeo vive en México desde 2014 y en su condición de inmigrante desarrolló una práctica artística, a veces violenta, que toca heridas sociales como forma de denuncia.
Para él, esta muestra representa un acontecimiento gastronómico, social y artístico que plantea revisar qué han sido, qué son y qué pueden llegar a ser las izquierdas políticas en América Latina.
Precisa que también se aborda la práctica de lo político, no como una competencia por el poder, sino con ese tipo de situaciones y momentos en los que el poder se desarticula para que cada ciudadano dé su punto de vista.
En un recorrido antes de la inau-guración explica que la comida es un acto político desde el hecho mismo de ir por los insumos y elegir entre unos y otros o asumirse ideológicamente como carnívoro o vegetariano.
Pierre Valls está convencido de que el control de las mentes pasa por los alimentos y afirma que uno de los principales problemas en México tiene que ver con qué y cómo comemos, a sabiendas de que en el país muere cada 30 minutos alguien por mala nutrición.
Al respecto, menciona como ejemplos que los mexicanos somos los primeros consumidores de bebidas de cola y que el taco fue pensando para que el campesino no volviera a su hogar a descansar, sino que permaneciera trabajando en el campo: A veces las cosas que pensamos como cultura o tradición tienen también una resonancia política.
Una de las piezas que el artista destaca de la muestra es una larga mesa de madera sobre la que se encuentran dispuestos 26 platos con imágenes relativas al socialismo y a los alimentos más característicos de igual número de países de América Latina.
Rituales asociados con la alimentación
Esa vajilla, diseñada por Vanessa Negrete, será utilizada en una serie de seis banquetes que se realizarán los sábados, de 13 a 16 horas, como parte de una acción performática encabezada por expertos en diferentes áreas que reflexionarán sobre los rituales sociales asociados con el hecho de comer juntos.
La mesa tiene gran importancia dentro de la historia de la humanidad, pues es una superficie donde se despliega todo tipo de relación, una plataforma donde se develan los sentimientos y las energías de las familias, así como un espacio donde se han realizado los grandes manifiestos sociales, sostiene Pierre Valls.
En su opinión, nutrirse no sólo es una acción para satisfacer el apetito, sino una tecnología colectiva mediante la que se reconfiguran los códigos comunes, se refuerzan o incrementan los nodos sociales y se interconecta la vida afectiva, colectiva y política de una comunidad.
(texto La Jornada, Ángel Vargas)