No es tu culpa Bucaramanga

La actitud de búsqueda con una cierta visión crítica, permite al artista Pierre Valls crear un buen instrumento para la actuación artística desde los contenidos, desde el pensamiento, desde la reivindicación, desde la ironía… desde lo absurdo.

Teorizar y establecer una relación entre arte como medio de expresión, y su incitación, esto es, las actitudes del sarcasmo, de la crítica, de la ironía como fuente de producción y finalidad en gran parte del arte contemporáneo.

Lejos de argumentar motivaciones y factores tradicionales, Valls busca una explicación que ciña gran parte de los comportamientos artísticos que, en la actualidad, más que nunca, pasan por la experiencia intransferible del artista: arte en un contexto urbano de honda interrelación social cuyo proceder en la mayoría de los casos es un proceder desde la vida y la actitud personal. En suma, el estudio del artista como ilustrador de la experiencia.

No es tu culpa es un proyecto con referencias teóricas sobre la relación entre arte, violencia y memoria, por un lado, y por otra parte en la especulación que se genera en torno, en la inmigración, tratas de personas y al mercado de los productos culturales en el circuito del arte.

39 cruces nos remites a un cementerio, cristalizado como instalación artística en dónde cada elemento puede ser intervenida para extraer por un momento del olvido a cientos de inmigrantes fallecidos sin sepultura.

El salón rosado es todas las contradicciones que conlleva comprar arte político para luego ser disfrutado en un contexto sofisticado. Antes del dolor de los demás, Susan Sontag, nos advierte sobre la capitalización del dolor como elemente estructural del propio sistema capitalista del arte contemporáneo.

(…) siempre mirando la muerte, siempre a punto de ser asesinados, vejados para siempre. Y el espectador se encuentra en la misma posición que el lacayo tras la cámara; la vivencia es nauseabunda. Se sabe el nombre del fotógrafo de la prisión —Nhem Ein— y se puede citar. Los que retrató, de rostro aturdido y demacrado, con la etiqueta numérica prendida a la parte superior de la camisa, siguen siendo un conjunto: víctimas anónimas.

En este sentido la connotación simbólica y contexto que rodea toda esta situación de tráfico y circulación de inmigrantes -que ante todo es trágica- se convierte en el epicentro de este proyecto. El inmigrante es concebido como mercancía y por lo tanto generador de una economía paralela.