La obra fue expuesta también en:
Museo Nacional de las Culturas, CDMX para la exposición individual FNAB-43 curada por Alejandra Gómez.
2015
Recitando en árabe de las 2 primeras estrofas del himno nacional francés “La Marsellesa”
¿Qué desean los hijos musulmanes, impíos de la sonrojada Francia? ¿Qué desea esa su República, ineficaz en el trato, de sus bastardos últimos? Bastardos todos, como cualquier habitante del mundo, inmigrados y oriundos de la Francia, son causa y víctimas a partes iguales de un problema humano que entrecruza cultura y religión, historia y fe, muy poca fe – sobre todo– en su anhelado fin: el contrato social.
La adjudicación de un himno sanguinolento a supuestos hombres de paz, recitado, no cantado, por Pierre Valls, podría parecer de un absurdo mayúsculo repasando la historia y el origen del mismo, pues en nada tocaría a los actuales ciudadanos franceses de procedencia magrebí. Tan sólo al conocer su nacimiento revolucionario podríamos aceptar la concordancia de esta arenga y de su traducción entonces indispensable.
Pero ¿a quién dirige el artista esta llamada carnicera en defensa de la liberación nacional? ¿Por qué? Y lo más punzante. ¿Contra quién? Ambiguo y sutil, Valls sintoniza su obra indiscriminadamente a oídos expectantes de cualquier condición, moviendo a una reacción tan variada como condicionamientos determinan a su receptor. Para el francés musulmán de ascendencia árabe, quien parece más interesa, La Marsellesa, también llamada circunstancialmente –y para este comentario, muy oportunamente– “Canto de guerra para los ejércitos de las fronteras”, su letra y motivadora melodía adquirirá un significado distinto dependiendo del idioma en que sea entonada. Según el nivel de integración y de patriotismo. De la sensibilidad del escuchante. En francés, ya hemos dicho, el rango podría ir de la aceptación a lo ridículo; en árabe, de la reivindicación revolucionaria a la recepción incongruente.
Para un francés, en cambio, de tradición católica, no descendiente de árabes, la escucha en este idioma a buen seguro probará su capacidad de tolerancia, de respeto y hasta de indiferencia. Según el humor que gaste ese día. Las dos primeras estrofas elegidas, la puesta en escena franca y austera, la comunicación en una lengua para muchos prejuzgada, muestran una injerencia irrestricta sin temor a introducirse en las cavidades sentimentales más hondas de lo colectivo. Peligrosa exaltación de lo propio comparado y enfrentado.
Definitivamente, su autor parece que apuesta por integrar a todos aquellos inadaptados no identificados con los símbolos patrios de sus predecesores, de quienes fueron sus colonizadores, versionando su himno a través de la herramienta más poderosa de la cultura: el lenguaje. La duda es si ante esta nueva versión se acentúa el amor por la grandeur o, por el contrario, por su soliviantado contenido, se produce el efecto inverso de un contraataque o terrorismo.
Texto de Diego Renart
La Marsellesa en Árabe
Video: 00:00:52
CDMX, México
2015
2ª Edición del Festival Hors Pistes Rosario, organizado por el Centro de arte Georges Pompidou, París.
Curador: Lisandro Arevalo
Eduardo Islas y Diego Renart